Oraciones Marianas
Oración de San Simeón
OH santa y Soberana Madre de Dios,
Luz de mi alma en las tinieblas,
Tú eres mi esperanza, mi apoyo, mi consuelo,
Mi refugio y mi dicha.
Tú que hiciste nacer la verdadera luz de la inmortalidad;
Ilumina los ojos de mi corazón.
¡Tú que trajiste al mundo la fuente de la inmortalidad,
Dame la vida, pues el pecado me lleva a la muerte!
Madre de Dios misericordioso, ten piedad de mí
E indúceme al arrepentimiento de corazón,
A la humildad de pensamiento,
A la reflexión en el razonamiento.
Hazme digno hasta mi último suspiro
de ser santificado por esos misterios
Para que sanen mi cuerpo y mi alma.
Acuérdame las lágrimas de penitencia,
Para que te cante y glorifique todos los días de mi vida,
Tú bendita por los siglos de los siglos.
Roguemos a María
Oración de Santo Tomás de Aquino a la Santa Virgen María
Alcánzame, dulcísima Señora, caridad verdadera
con la cual ame de todo corazón a tu Hijo Sacratísimo
y Señor nuestro Jesucristo, y después de Él a ti sobre todas las cosas,
y al prójimo en Dios y para Dios:
para que así me alegre con su bien y me contriste con su mal,
a ninguno desprecie ni juzgue temerariamente,
ni me anteponga a nadie en mi estima propia.
Haz, OH Reina del cielo, que junte en mi corazón el temor
y el amor de tu Hijo dulcísimo, que le dé continuas
gracias por los grandes beneficios que me
ha concedido no por mis méritos, sino movido por su propia voluntad,
y que haga pura y sincera confesión y verdadera penitencia por mis pecados,
hasta alcanzar perdón y misericordia.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
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